miércoles, 7 de abril de 2010

DUELO EN JUEGO

Un duelo de miradas,
parece un juego,
sin embargo, es un reto,
aunque existe regocijo
en el paso de los ojos de un lado a otro.
Un cambio rápido de punto de vista
antes de que el contrario
hiciese un jocoso movimiento
como el engaño de un mago,
espectacular y divertido,
pero engaño al fin y al cabo,
ocultándolo haciéndose llamar
ilusionista.

Una copa de whisky...
Más bien lo podríamos llamar
vaso,
aunque es elegante y compacto,
se le podría denominar: “De diseño”.
Una palabra que se ahoga
en el vaso de whisky,
una imagen a través
del vaso de whisky,
cambio de habitación
hay un vaso de whisky.
Whisky, whisky, whisky.

Acompañado de una fachada irónica
se desvela un personaje retorcido
malévolo, distante y frío,
observador y a su vez observado,
ingenioso, arrogante y despiadado,
odioso y por ello odiado,
rencoroso, paranoico.
Delatado por un gesto,
un guiño disimulado
del ojo izquierdo

Recordemos, rencoroso
esa es la palabra
la palabra que nos interesa
porque lo que mueve este duelo
no es otra cosa que el rencor,
el deseo vengador
de aquel que dolido
busca dañar a su contrario.
Ambos personajes resentidos
atraen al uno al terreno del otro,
juegan con astucias
aprendiendo en cada batalla
como ganar la guerra.


Como iba narrando
se debaten los dos personajes
en una trama de invenciones.
No son quienes dicen ser,
niegan lo que son aparentando otro ser,
pero en realidad en esa negación
se muestran como realmente son.

Un golpe conciso
sin necesidad de miramientos,
más engaños ni recreos,
acaba con uno de los ilusionistas.
El que peor ha encubierto su ser
y se ha dejado ver,
revelando todo lo necesario
para que se acabe el juego
y el otro no necesite continuar.
Reto resuelto, juego finalizado.
Uno de los personajes
humillado y muerto en el suelo.
El otro enfrente
apoyado en su vaso de whisky
mientras le tiembla el ojo izquierdo.