sábado, 2 de abril de 2016

A ESA HORA LAS COSAS TIENEN UN COLOR DIFERENTE

A esa hora las cosas tienen un color diferente. Alguien diría que blanco y negro, o tal vez sepia, un tono nostálgico que puede considerarse aburrido. Pero no.

Las cosas tienen el color de una mariposa al salir del capullo (sí, digo capullo), el color del renacer, o más simple, un despertar. Tienen el color de una rosa al morir cuando aún es un capullo (otra vez), el color de la eternidad, o tan sólo, un dormitar.


Es un color claramente indefinido, el borde que separa las costumbres de lo recóndito es más fino y a veces esas rutinas se mezclan confusas.
A esa hora las cosas tienen el color de un arco iris terrenal, los colores del lienzo de un pintor creativo (hubo un tiempo que los llamaban surrealistas), o puede que descuidado.

Hay días que ese color perdura desde una primera luz de la mañana y el tiempo se detiene en una hora inesperadamente clara.

jueves, 18 de febrero de 2016

DISTANCIA

Entre tantas lágrimas una sonrisa,
y entre sonrisas un beso amargo.

Aquel día elegido,
aquella noche predicha,
en aquel lugar/hogar impreciso
me ahogaba con mis propias palabras
antes siquiera de partir a partir
del pensamiento. Vomitaba sollozos,
una contradicción de voces de deseo, y de acción.
A pesar de ser yo el desnudo,
era ella la desnudada. Aún así protegía
mi piel de cristal de caricias, y de llantos.

Siempre alargando el espacio entre las manecillas
buscamos acortar las horas en el pasar de los días.
Nos despedimos una y otra vez
con la esperanza de un día estar juntos,
cuan, en realidad parece, que estemos esperando
estar listos para un último adiós.
Cada vez, en el despido, se queda algo de mí con ella,
por eso he decidido dejar de dárselo.
Ahora que lo tengo y me tengo entero yo, todo para mí mismo
no quiero tantos besos ni tanta alegría.

(Entre tantas lágrimas,
por favor, un bitter kiss.

viernes, 21 de febrero de 2014

MÁS DE DOS FANTASMAS

Me encuentro con un recuerdo
o más bien él me encuentra a mí,
porque de primeras no lo reconozco,
no lo considero así.
Como un fantasma recorro esa vivencia
sin vivirla como tal sino ajena.
Repentinamente, algo encaja,
dos imágenes se superponen:
La presente desconocida,
a pesar de ser presente,
y aquella que una vez fue mía.
Dejo entonces de ser fantasma,
uno del presente,
para ser fantasma del pasado.
Y me siento completo y contemplo
lo que fui y puedo ser, pero no soy.
Satisfecho con lo bueno y malo conocido
añoro a ése denso fantasma,
que irónicamente,
traspasa el mío presente
de lo ignorado por conocer.
Como tal fantasma he vivido
varias experiencias
pensando que eran mías
siendo ellas otras.
Puedo decir entonces,
que he tenido varias vidas
cansándome de todas ellas
y cuando las dejo, fantasma soy.
Por lo que en realidad
son ellas las que me dejan
¿o yo mismo, saltando de un ente a otro?
Cuando ese recuerdo me encuentra
vuelve en sí aquel espectro.

Y sucede una y otra vez
a través del mismo aspecto.

Hasta que todos esos fantasmas,
pasados y traspasados, se encuentren
unidos y satisfechos en uno presente,
mezcla de todo lo que fui, y la verdad,
siempre seré
(habré sido, já).

jueves, 28 de noviembre de 2013

PENSANDO EN OTRAS COSAS


Cuando era pequeño me imaginaba personajes, ahora me imagino cuerpos.
Cuando era pequeño jugaba con muñecos de acción y me ponía en diferentes situaciones; ahora juego con mis muñecas y me pongo en diversas posturas.

miércoles, 28 de agosto de 2013

LáGRIMAS DE UN HOMBRE


Ya hay otra vez lágrimas en mis sábanas. Por qué las pondré siempre aquí?
Cuando voy a dormir las veo antes de apagar la lámpara de mi mesita de noche, y lágrimas llaman lágrimas. Es curioso, porque la lámpara es igual en ambos sitios. Igual es la misma que me sigue, sabe que necesito luz en mi mesita vaya donde vaya y no me puede dejar solo. Ay, mi madre!
Y es curioso como esas gotitas no se aprecian desde lejos, pero si me acerco, gracias a la lámpara veo sus rostros. Éstas no me siguen, se quedan aquí donde las necesito para hacerme compañía.
Allí, se quedan dentro, se asoman a echar un vistazo y cuando ven a alguien mis ojos se las tragan, no las necesitamos: Ellos tienen que estar orgullosos, yo estoy orgulloso.

Lloraba desconsolado, y con la pena de un niño que acaba de descubrir la verdad sobre Santa Claus, afirmó:
Ya soy un hombre. 

lunes, 24 de junio de 2013

Gente y soledad

¡¿Cuánta gente ha pasado por mi vida?!
¡¿Cuánta me queda aún por conocer?!
Pero el miedo a estar solo, acecha tras cada día.

jueves, 8 de diciembre de 2011

PASILLOS VACÍOS


Los pasillos vacios llenarán mis ojos
y el silencio será mi idioma,
no habrá lugar en mi cama
ni sitio para sueños rotos.