sábado, 2 de abril de 2016

A ESA HORA LAS COSAS TIENEN UN COLOR DIFERENTE

A esa hora las cosas tienen un color diferente. Alguien diría que blanco y negro, o tal vez sepia, un tono nostálgico que puede considerarse aburrido. Pero no.

Las cosas tienen el color de una mariposa al salir del capullo (sí, digo capullo), el color del renacer, o más simple, un despertar. Tienen el color de una rosa al morir cuando aún es un capullo (otra vez), el color de la eternidad, o tan sólo, un dormitar.


Es un color claramente indefinido, el borde que separa las costumbres de lo recóndito es más fino y a veces esas rutinas se mezclan confusas.
A esa hora las cosas tienen el color de un arco iris terrenal, los colores del lienzo de un pintor creativo (hubo un tiempo que los llamaban surrealistas), o puede que descuidado.

Hay días que ese color perdura desde una primera luz de la mañana y el tiempo se detiene en una hora inesperadamente clara.