viernes, 29 de octubre de 2010

ABANDONA MI PECHO

Siento como si me hubiera
atravesado el pecho
con su brazo invulnerable
y ahora tenga mi corazón
en su puño.

Dependo de la presión
que se le antoje aplicar
y si sus caprichos lo requieren
junto sin latidos, me puedo quedar,
sin respiración.

Son como breves golpes
que me hacen estremecer
con disimulo, envuelvo
toda la agonía y sufrimiento
con una leve sonrisa.

Hasta que me doy cuenta
de que no es su mano
la que me estruja,
sino mis propios dedos manchados
de dolor.

Y no es su brazo
el que ahora abandona
mi pecho,
sino el mío aún más largo y crítico.

A la vez que me doy cuenta,
con momentos de más intenso
sufrir, se relaja mi esternón,
vuelve a latir el corazón,
y mi sonrisa
pasa de fingida
a enfermiza.

lunes, 18 de octubre de 2010

TANTO COMO UN SILENCIO

Las ideas me desbordan
estoy pensando demasiado,
es algo que no suelo controlar.

Pero hubo un momento
que de verdad
pude disfrutar del silencio.

Las sensaciones iban más allá
de sentidos colmados
por percepciones vanas.
Mis labios dejaron de ser míos,
mis manos estaban tan cerca de ti
que eran tu cuerpo con caricias,
mi mirada era arrancada por tus ojos.

Había un ritmo
en nuestros movimiento;
que es bailar
sino escuchar nuestros latidos.

No lo puedo explicar,
no hay palabras que digan
tanto como un silencio,
tanto como un beso.

Un beso para darme cuenta
de lo que necesitaba,
de lo que necesito:
Respirar en tu aliento
y quedarme sin él,
que me arrebates
mis pensamientos
y no sea mi cuerpo sino tuyo.

Un temblor entre tus dedos
mientras estos acarician firmes,
no mi piel sino mis deseos.
Darme la vida en una noche
no lo arrebata el día tras despertar,
siempre queda la esperanza
de que los sueños sean realidad.

Agárrame, como me agarraste
aquella noche.
Déjate caer como lo hiciste entre
mis brazos.

sábado, 9 de octubre de 2010

UN SIMPLE MOVIMIENTO



Mirar, dice el que mira
y no ve más allá de sus palabras.
Hablar, dice el que calla
y al callar otorga.
Otorga la verdad,
y es que sin palabras
el ciego pasa por tuerto,
el sordo es capaz de oír,
y el vivo no parece muerto.

Hablo sin mirar y no digo nada.
Miro a los ojos, sin mediar palabra,
y ojos, espejo del alma
hablan como por arte de magia.
Muevo una mano
cerca de otra mano
cerca de sus labios
cerca de saber
que quiero o quiere
en este haber
de recompensas por gesto.
Movimiento en el cuerpo,
callan los labios
hablan los ojos
y el alma nos susurra
entre el silencio del pensamiento,
inquieto charlatán.

Callo y te miro
afirmo ser tuerto
que sale de sordo,
vivo, sin parecer muerto.
En silencio te lo digo,
tan sólo callo y te miro.
No es magia lo de mis ojos
es el deseo de acercar mi mano
a tu mano, cerca de tus labios,
un gesto.
Y cuando el inquieto se calma
mi cuerpo te susurra
un simple movimiento.