Entre tantas
lágrimas una sonrisa,
y entre sonrisas un
beso amargo.
Aquel día elegido,
aquella noche predicha,
en aquel lugar/hogar impreciso
me ahogaba con mis propias palabras
Aquel día elegido,
aquella noche predicha,
en aquel lugar/hogar impreciso
me ahogaba con mis propias palabras
antes siquiera de
partir a partir
del pensamiento. Vomitaba sollozos,
una contradicción de voces de deseo, y de acción.
A pesar de ser yo el desnudo,
del pensamiento. Vomitaba sollozos,
una contradicción de voces de deseo, y de acción.
A pesar de ser yo el desnudo,
era ella la
desnudada. Aún así protegía
mi piel de cristal
de caricias, y de llantos.
Siempre alargando el
espacio entre las manecillas
buscamos acortar las
horas en el pasar de los días.
Nos despedimos una y otra vez
Nos despedimos una y otra vez
con la esperanza de
un día estar juntos,
cuan, en realidad
parece, que estemos esperando
estar listos para un
último adiós.
Cada vez, en el despido, se queda algo de mí con ella,
por eso he decidido dejar de dárselo.
Ahora que lo tengo y me tengo entero yo, todo para mí mismo
no quiero tantos besos ni tanta alegría.
(Entre tantas lágrimas,
por favor, un bitter kiss.)
Cada vez, en el despido, se queda algo de mí con ella,
por eso he decidido dejar de dárselo.
Ahora que lo tengo y me tengo entero yo, todo para mí mismo
no quiero tantos besos ni tanta alegría.
(Entre tantas lágrimas,
por favor, un bitter kiss.)