viernes, 21 de febrero de 2014

MÁS DE DOS FANTASMAS

Me encuentro con un recuerdo
o más bien él me encuentra a mí,
porque de primeras no lo reconozco,
no lo considero así.
Como un fantasma recorro esa vivencia
sin vivirla como tal sino ajena.
Repentinamente, algo encaja,
dos imágenes se superponen:
La presente desconocida,
a pesar de ser presente,
y aquella que una vez fue mía.
Dejo entonces de ser fantasma,
uno del presente,
para ser fantasma del pasado.
Y me siento completo y contemplo
lo que fui y puedo ser, pero no soy.
Satisfecho con lo bueno y malo conocido
añoro a ése denso fantasma,
que irónicamente,
traspasa el mío presente
de lo ignorado por conocer.
Como tal fantasma he vivido
varias experiencias
pensando que eran mías
siendo ellas otras.
Puedo decir entonces,
que he tenido varias vidas
cansándome de todas ellas
y cuando las dejo, fantasma soy.
Por lo que en realidad
son ellas las que me dejan
¿o yo mismo, saltando de un ente a otro?
Cuando ese recuerdo me encuentra
vuelve en sí aquel espectro.

Y sucede una y otra vez
a través del mismo aspecto.

Hasta que todos esos fantasmas,
pasados y traspasados, se encuentren
unidos y satisfechos en uno presente,
mezcla de todo lo que fui, y la verdad,
siempre seré
(habré sido, já).