domingo, 20 de febrero de 2011

TAL Y COMO ES ÉL

Un rostro pálido que tan solo muestra
aquello que quiero mostrar,
(dientes amarillos y ojos rojos
de cuenca negra) resaltar
rasgos falsos, fríos, creados
ante cualquier adversidad.

Los temblores se apagan en el corazón,
los sobresaltos callan en las entrañas,
los escalofríos mueren en el maquillaje
color carne de la piel, a rayas desordenadas.

Expresiones y sonrisas aparecen con una orden,
no estímulo, sentimiento, palabras,
sensación o desazón,
no surgen, se dicen, como si se decretara
una ley a un cuerpo colgado de hilos.

Una coraza flexible, maleable
al antojo del camuflado egoísmo
cuyo objetivo es una manejable
realidad donde yo no sufra,
por tanto, que yo no sienta. Donde
sólo siento, es en mi interior,
en los recovecos inimaginables
de la inmensa masa que intenta
cobrar vida, y el dormido gigante
intenta salir, romper la malla,
se retuerce y remueve para mostrarse
tal y como es él.