Nunca había conocido
esa forma tan particular
de sentir que tienen ellos.
Nunca había visto a nadie
sentir como lo hacen ellos;
con tanta urgencia,
con tanta pasión,
con tanta contradicción.
A pesar de no entenderse,
por supuesto a ellos mismos,
ni a veces a los demás,
sienten conectar, unos
con otros, tenerse
sin saber lo que tienen
y quererse, sin saber lo que quieren.
Viven para sentir,
puesto que, sienten para vivir
en un mundo infeliz
donde hasta el más fuerte
dolor, intenso y amargo sufrir,
la más desgarradora agonía:
Son los más deliciosos placeres.
Juntos, despertándose
y sumiéndose simultáneamente,
en profundas pesadillas
con cierto aire a realidad;
dicen no saber, y saben
sin querer, que no saben
no querer.
Porque el momento más espléndido
es cuando muere el beso.
Día Mundial del Teatro 2014
Hace 11 años
Me suena un grupo de personas al que cabría bien eso...
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