sábado, 9 de mayo de 2009

NADA

Te envío esta carta para decirte que estoy muerto. Después del accidente de coche que tuvimos ayer por la noche mientras te llevaba a casa, yo ya he muerto.

Cuando despiertes y leas esta carta quiero que lo primero que hagas sea coger mi cadena (te la dejé durante mi último aliento en el bolsillo derecho de tu pantalón) y piensa en mi por favor. Necesito que recuerdes cada palabra que te dije mientras todavía tenía la cara entera y no destrozada por el roce con el asfalto, necesito que recuerdes cada momento vivido junto a mí, necesito que sientas por última vez todo lo que sentías por mi que estoy seguro que es lo mismo que sentía yo por ti (o más). Esto es para que mi alma descanse en paz, yo ya lo sé, se que me querías y no necesitabas decírmelo con palabras, pero quiero asegurarme de que esas supersticiones sobre los fantasmas y las almas atrapadas con asuntos pendientes son solo patrañas como tu decías.

Espero que te puedan llegar los sentimientos que intento poner en esta carta, las sonrisas y los tonos de mi voz, pero esto es muy frío, no me gustaba escribirte cosas en vida sino decírtelas porque por escrito me parecía algo frívolo y en estas condiciones es aún más vacío.

Con esto de vacío me refiero a que no se exactamente donde estoy, no me puedo ver aunque sepa que existo (más o menos) y el lugar que me rodea igual, lo siento pero… no está, como el aire. De vez en cuando siento corrientes de viento que me remueven las entrañas y a pesar de saber que no puedo respirar porque se me encharcaron los pulmones de sangre, siento de vez en cuando un aliento que me llena de vida o algo parecido, pero incompleto. No espera, ya no siento nada… me he movido, algo se me ha llevado, me estoy moviendo lentamente hacia algún lugar.

Tengo sensaciones extrañas a la vez de que no siento nada. Estoy confuso pero tranquilo, no soy capaz de asustarme, aquí hay demasiada paz. Solo soy un pensamiento, ahora seré como tu quieras que sea, sólo soy un recuerdo, me parece que estoy dejando de existir. No mires mi cuerpo, eso si que ya no soy yo, sólo un trozo de carne arrancada de la muerte.

Mejórate y continúa tu vida sin mi, me olvidarás pronto, comprenderás porqué cuando pases por aquí y veas que ya nada importa ni existe incluso dudas que halla existido.

Creo que tengo que despedirme, adiós, hasta nunca, tampoco se muy bien que decir. A ver si te llega la carta más que nada porque no sé siquiera como la estoy escribiendo.

Un abrazo, un beso, un saludo de


Un muerto

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