Una mirada llena de inocencia.
Le brillan los ojos,
un resplandor lleno de cariño.
La vista perdida entre sus deseos,
unos deseos queridos por mí
y obligado a olvidarlos
por miedo a perderla.
No puedo parar de mirarla,
ella no apartaba los ojos de él,
él se dejaba admirar con indiferencia.
En lo profundo de mis sentimientos
le odio
al ocupar sus pensamientos.
Envidia y celos me invadían al verle.
La culpa por los errores y la pasión
me ahogaban en ese instante
en el que contemplaba su distraída belleza.
La quiero sin atreverme a impedir
que le quiera a él.
Yo, ella, él,
amor ignorado, miedos...
Todo entre aquellas miradas.
Día Mundial del Teatro 2014
Hace 11 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario